La lactancia materna no es solo para cubrir las necesidades del bebé y brindarle los nutrientes necesarios para su desarrollo. También proporciona beneficios emocionales que muchas mamás desconocen.
Brinda seguridad desde el primer momento en que tu bebé sabe que eres su mamá. Al conectarse contigo y reconocer tu olor, le permite sentirse más calmado y confiado.
Aunque se siente una relación efectiva y especial previa, la lactancia fortalece y consolida este vínculo, debido a que la manera en que lo atiendes y lo alimentas, determinan una parte de su personalidad.
Cuando tu bebé esté inquieto, ofrécele el pecho y acarícialo, así tendrá tranquilidad, ya que el ejercicio de la succión le permitirá al cerebro segregar endorfina, generando un efecto inmediato de calma y de reducir el estrés.
A través de tus ojos y de tu voz, el bebé empieza a experimentar calidez y es capaz de comprender que estás para protegerlo, calmar sus miedos y acompañarlo hasta que pueda valerse por sí mismo. Ésta es la mejor manera de decirle te amo y de elevar su autoestima.
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