Con la lactancia materna logras que tu bebé te quiera más ya que favorece el desarrollo del vínculo y apego entre el bebé y su madre, ese momento íntimo no solo representa una forma de alimentación, sino que se ponen en marcha una serie de sentimientos que unen lazos afectivos y promueven la crianza de niños y adultos emocionalmente sanos.
Cuando amamantas transmites calor, caricias y seguridad al bebé, ese diálogo sin palabras le brinda a tu hijo un sentimiento de protección que lo ayudará en todas las etapas de su vida. El vínculo madre-bebé nace desde la gestación, pero es en la lactancia cuando toma mayor fuerza.
El niño que ha sido amamantado desarrolla una capacidad de relación afectiva y repuesta futura al estrés más satisfactorio que otros bebés que no fueron alimentados con leche materna. Los nutrientes y anticuerpos que trae la leche de pecho, más la satisfacción de contacto, comida y seguridad garantizan la salud de tu hijo y debido a esto, con la lactancia materna logras que tu bebé te quiera más.
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